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Morena en el Senado reelige a Rosario Piedra Ibarra al frente de la CNDH

Hasta los mismos senadores de Morena coincidieron en que Piedra Ibarra ha tenido una actuación deficiente

Por Félix Muñiz

 

 

A pesar de las intensas impugnaciones provenientes de la oposición y de algunos senadores de Morena, el oficialismo en el Senado de la República consumó la reelección de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), un cargo que ocupa desde 2019.

La decisión ha generado un fuerte rechazo, tanto dentro como fuera del Senado, dado el histórico cuestionamiento de su gestión en los últimos años.

La reelección de Piedra Ibarra no fue un trámite sencillo. En un encuentro previo entre la ombudsperson y los senadores de Morena, se desató una acalorada discusión.

Senadores como Javier Corral, Higinio Martínez, Malú Micher y Óscar Cantón Zetina, entre otros, no escatimaron críticas hacia su desempeño, acusándola de una gestión deficiente y de no actuar de manera efectiva ante los abusos de autoridades y la defensa de los derechos humanos.

A estas acusaciones se sumaron las denuncias de mal trato hacia algunas senadoras, quienes le reprocharon su indiferencia al ignorar quejas y denuncias presentadas ante su oficina. La falta de cortesía y la negativa a escuchar a sus propios aliados dentro de Morena fueron algunos de los puntos más álgidos de la reunión.

Un comentario recurrente entre los senadores descontentos fue el recordatorio de que fue el propio grupo parlamentario de Morena el que la impulsó al frente de la CNDH, lo que dejó en evidencia una creciente fractura dentro del oficialismo. “No se te olvide que nosotros te pusimos”, le recordaron, dejando claro que las expectativas de su gestión no han sido cumplidas.

El descontento dentro de la bancada opositora es evidente. La coordinadora del PAN en el Senado, Guadalupe Murguía Gutiérrez, no ocultó su rechazo a la reelección, asegurando que su partido valora seriamente impugnar el nombramiento.

 

 

Murguía Gutiérrez calificó el desempeño de Rosario Piedra como “deplorable” y acusó a la CNDH de proteger a las autoridades en lugar de a los ciudadanos víctimas de abusos. En sus palabras, la institución debería ser un baluarte de protección para las personas que buscan justicia frente a los atropellos de las autoridades, no una herramienta para encubrir las malas prácticas gubernamentales.

Por otro lado, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, salió en defensa de la reelección de Piedra Ibarra, argumentando que las críticas hacia ella respondían a un sector que no tolera su permanencia al frente de la CNDH. Según Noroña, muchos de los opositores “les molesta, les irrita, les indigna” que Rosario Piedra continúe en el cargo, subrayando su compromiso con el proceso de transformación que encabeza el presidente López Obrador. Aunque reconoció que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos necesita un “rediseño”, insistió en que la ombudsperson se ha mantenido firme en la defensa de los derechos humanos del pueblo de México.

A pesar de la presión interna y externa, el oficialismo logró asegurar la reelección de Rosario Piedra Ibarra, lo que pone en evidencia la continua tensión entre las facciones del Senado y la indefinición sobre el futuro de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Las críticas y la creciente polarización alrededor de su figura parecen presagiar una etapa de nuevos conflictos para la ombudsperson, quien, al parecer, se encuentra más lejos que nunca de conseguir la confianza de una parte importante del Senado y la sociedad.

 

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