Se efectuó el primer debate, necesario, entre las candidatas al gobierno del Estado de México. Dos propuestas diferentes e interesantes. El éxito: considerar a dos mujeres para llevar a una a gobernar uno de los Estados más importantes del país. El primer error fue permitir la interrupción con aplausos de los invitados de Delfina Gómez, se pierde seriedad y respeto, no es un mitin y menos un concierto en plaza pública. Adicional a enviar a simpatizantes de Morena para tomar la explanada del Instituto Electoral con el propósito de hacer campaña política, clientelismo puro.
Marquemos diferencias. Delfina Gómez inició repitiendo frases de López Obrador, nada nuevo, muy en la estrategia. No supo defenderse ni contestar ante las evidentes pruebas de sus ilícitos como gobernante y con pruebas documentadas. Lanzó culpas a su propio partido por ser multado evadiendo su responsabilidad como presidenta municipal, ella era la responsable, lo toleró y lo ocultó, no su partido. Refirió que Alejandra del Moral se presentó para atacarla cuando la morenista varias veces acusó al PRI de corrupto y por ello, dijo, la necesidad del cambio.
No estaba informada, baja su capacidad de oratoria, no presentó soluciones tangibles sólo apreciaciones y percepciones comunes como “vamos a escuchar”. Le faltaron argumentos para sostener su decisión de cerrar las escuelas de tiempo completo y las estancias infantiles. Frases muy largas y contradictorios señalando que se ha abusado de los indígenas con programas “asistencialistas” cuando es la plataforma esencial del gobierno de Amlo. Quedó en silencio cuando se demostró que el mayor número de feminicidios se dan en municipios gobernados por Morena.
En geografía se equivocó hablando de una zona al norte del Estado cuando presentó su proyecto “caminos del sur” que solamente cubre rutas rurales. Alejandra del Moral, más estructurada, informada, con buen manejo y conocimiento de los temas. Ausente cuando se le preguntó acerca de la imagen corrupta del PRI. Usó frases cortas muy bien aplicadas “gobernadora de territorio no de escritorio”, “cuando nos tocan a una tocan a todas”, Delfina no eres capaz y si corrupta”. Buena oratoria mostrando seguridad. Sólida en sus estrategias de gobierno.
Innecesario recargarse en cartoncillos, no le hacían falta. Recurrió a sostener su posición por ser madre, que a mi parecer no le da ventaja pero si disminuye el papel fundamental del padre como ecuación vital en una familia. Fotografía del evento: disputa de acciones entre dos mujeres, una señalada como “delincuente” por las autoridades competentes, otra representando una alianza que históricamente se ha enfrentado en ideología. Una, con un reducida maniobra de lenguaje corporal y escasa oratoria aún presumiendo haber sido Secretaria de Educación. La otra argumentado su edad, luciendo su transparencia en los cargos públicos. Un primer encuentro, más que debate, que va colocando las piezas en su lugar, muy por encima de encuestas.