Nada bien cayó la extradición de Ovidio Guzmán López, a los Estados Unidos. Este personaje compareció este Lunes ante el Tribunal Federal de Distrito en Chicago y estará representado por Jeffrey Lichtman, quien también estuvo al frente de la defensa de el Chapo en el juicio por el que el fundador del Cártel de Sinaloa fue condenado a cadena perpetua en 2019, respondiendo a cargos vinculados al narcotráfico.
Ovidio Guzmán no será mediáticamente explotado por el gobierno de Amlo sonó le ha hecho con García Luna, no le conviene.
Ovidio enfrenta varios cargos en Estados Unidos, debido a las acusaciones presentadas en Washington, Chicago y Nueva York contra él y sus hermanos, conocidos como “Los Chapitos”y que podrían involucrar a funcionarios mexicanos de primer nivel. Alan Feuer, periodista del NYT, asegura que las indagatorias están basadas en las investigaciones airadas en Chicago pero también con indagatorias de expertos de Washington y San Diego. La acusación de 40 páginas de sus hermanos Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López, presenta argumentos sólidos sobre la venta de drogas (cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana) y delitos violentos desde 2008.
Archivo especial guarda el famoso “culiacanazo” y la absurda liberación de Ovidio ordenada por Amlo (por cierto en esa plaza se llevó a cabo el fiestón de José Ramón López Beltrán a su hijastra). El Buró Federal de Prisiones fichó a Ovidio Guzmán bajo el número 72884-748 reconociéndolo como un sujeto de 33 años de edad. Mucha controversia y más sospechas ha levantado la conducta de Amlo por varias razones: considerar que los criminales tienen derechos, entrevistarse con la mamá del Chapo, ofrecer disculpas públicas por no nombrar a ese delincuente por su nombre, liberar a Ovidio después de mentir públicamente Alfonso Durazo al señalar que fue una decisión colegiada para ser más tarde desmentido por el Ejecutivo, además de las frecuentes y poco divulgadas visitas de Amlo a Baridaguato y el extraordinario presupuesto para obras públicas en esa localidad.
Incómodo se ve el presidente con esta extradición que por meses intentó detener. A principio de este año, en enero, el entonces canciller Marcelo Ebrard aseveró que Ovidio Guzmán no seria extraditado a Estados Unidos inmediatamente, pues las autoridades de dicho país “tienen qué justificar su entrega”. Así pues se entiende el silencio provocado en las altas esferas del gobierno. En Agosto durante la visita de Biden a México trascendió luego de una reunión ejecutiva y discreta con funcionarios mexicanos que Andrés López Beltrán se mostró molesto porque no fue considerado y nervioso preguntaba si su hermano José Ramón ya estaba en nuestro país ante las sospechas de ser detenido en Estados Unidos por mentir a la autoridad de ese país. El impacto de la llamada “casa gris” rompió la agenda mediática y política del presidente hasta orillarlo a defender a su hijo argumentando que “la señora es la del dinero”. Fácil entonces no será el cierre de sexenio. Allá están acumulando más información que la que incluso podría exigir en México y no hay que olvidar que la DEA le guarda una factura al Presidente de México por sus desplantes y absurdos ataques.