Shadow

Se comenta solo con… Naranja despeinado

Si alguien está jugando con desaseo en el proceso electoral es el Movimiento Ciudadano (MC). Pretende ser quien desequilibre el ejercicio electoral vendiendo su posición muy cara.

Que va en alianza, pues no. Que lanza a Ebrard, pues no. Que impulsa a Samuel García, pues no. Que coquetea con con el presidente, pues si. Que hace creer que es Colosio en la negociación, pues más o menos. Que van con candidato único, pues quién sabe. Que al final va Dante rumbo a la candidatura, zas! Todo esto ha impulsado inconformidad y en serio dentro de MC.

La posición que mostró el  coordinador de los senadores naranja Clemente Castañeda, quien además fue aspirante al gobierno de Jalisco después de que Pablo Lemus, alcalde de Guadalajara, señaló que votará en contra de las iniciativas de reforma que proponga Morena.

Es evidentemente un quiebre que anticipa  decadencia y ausencia de unidad por falta de liderazgo en el partido. No hay duda que varios miembros del naranja ya no están dispuestos a apostar y apoyar por todas las iniciativas presidenciales que poco a poco dejan en claro que son imposiciones por sobre la legalidad.

Servir incondicionalmente a Dante Delgado es una factura muy pero muy cara y perdedora. Ser comparsa no es hacer política y menos representar a la oposición. Así no van a ganar elecciones y menos el poder. Si pretenden continuar con la inercia del Partido Verde desde su conducta acomodaticia desde el 2000, pues la fosa ya está abierta.

AMLO lejos de incumplir sus promesas electorales, de no corresponder con estatura a problemas serios como la violencia o el desbasto en el sector salud, hoy ejecuta una acción que se comprometió a que no ocurriría: inaugurar obras inconclusas. El desgaste de las instituciones y los ataques a los organismos autónomos no dejarán ningún tipo de ganancias a los partidos políticos y menos al país.

Dante está perdiendo la oportunidad hundido en un soberbia impresionante que podría llevarlo directa a los desechos políticos. Jugar con el electorado, pactar en en los rincones oscuros de Palacio y traicionar a sus militantes no deja más que una estela de desprecio y rechazo. Fingir enfrentar al presidente para más tarde negociar la plaza habla de un comportamiento demasiado tóxico. Así o más claro?

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