No es el discurso barato, simplista y político que ofrece estaremos en materia de salud como en Dinamarca. Se necesita tener un grado alto de manipulación intencional o una manifiesta ignorancia del por qué los avances en tecnología y ciencia ayudan a colocar a países, como Dinamarca, en ejemplo universal. Allá parte de su PIB lo aplican para el desarrollo en salud mientras que aquí se persigue a los científicos, se cancelan apoyos y se desaparecen fideicomisos. Sin embargo hay personajes como Armando Ahued, secretario de salud durante dos administraciones en la CDMX que innovó la forma de hacer medicina atendiendo a millones de personas sin costo doméstico.
Medico en tu Casa lleva servicios de salud a población marginada y de alta vulnerabilidad cuyos accesos a unidades médicas es casi imposible. La conjunción de talento, esfuerzo, iniciativa privada, universidades y administración pública han hecho de Médico en tu Casa una ambiciosa tarea envidiada por otras naciones en el mundo: Estados Unidos, Francia, Rusia, Ucrania, Emiratos Árabes, Cuba, China, Canadá y muchos otros países que solicitan el auxilio mexicano en la materia. Las brigadas de jóvenes médicos visitan millones de casas en donde atienden a jovencitas embarazadas sin control prenatal, personas en abandono, discapacitados y enfermos en fase terminal.
Todo esto complementado con psicólogos, trabajo social y personal de cuidados paliativos. La entrega de medicamentos es gratuita y se amplía la posibilidad de pruebas de laboratorio. Pero más allá, se canaliza a personas en situación de abandono a albergues y se previene la desnutrición infantil. Es pues una estrategia sin precedentes que se ha visto en riesgo porque la Sra Claudia Sheinbaum le recortó el presupuesto, intentó desaparecer (porque tuvo éxito en el gobierno de Miguel Mancera) y que ahora en campaña lo presenta como idea propia con el ridículo título de “bienestar en la salud” que propone ir casa por casa.
Un plagio barato pues. También resulta estimulante conocer que hay empresas que apuestan por el crecimiento de México generando empleo, inversión y distribución de la riqueza. Ejemplo de ello es la empresa alemana Karl Storz operando en nuestro país desde hace 30 años. Hace unos días anunció la apertura de su centro de reparaciones de equipo quirúrgico para todo el continente, con epicentro en nuestra nación. Más de 3 millones de equipos fabrica Karl Storz cada año y su oferta alcanza 15 mil productos que usan para atender a millones de personas lo mismo para especialidades en urología, ginecología o endoscopia, como en medicina deportiva o cirugía en general. Karl Storz es reconocida por colocarse a la vanguardia de la innovación y la tecnología médica de punta. La empresa abrió un Centro de Reparaciones de los equipos que fabrica para que no se tengan que enviar hasta Suiza o Alemania, y con ello reducir los tiempos de entrega y los costos del servicio.
El Centro de Reparaciones de Karl Storz tendrá a México será el estandarte que dará servicio a América Latina y el Caribe. A la cabeza del concepto estará Luis Enrique Silva, Director del Área de Servicio Técnico de la firma. Los tiempos de reparación y entrega se reducirán en un 30%, mejorando de manera significativa la disponibilidad y confiabilidad de los equipos médicos. Aquí hay dos ejemplos vivos de mantener un esquema de salud pública de vanguardia sin el estribillo inmoral de que estaremos como en Dinamarca cuando fracaso el INSABI con altísimos costos y se canceló el Seguro Popular.