Si algo debe evitar Claudia Sheinbaum es manejar los días previos a su toma de protesta y el inicio de su gobierno con incertidumbre. Piensa ella que fortalecerá su disposición con el conocimiento de su gabinete la próxima semana pero de nada le ha servido tratar de detener la caída del peso echando cubetazos de agua cuando el presidente insiste en que continúe el nerviosismo con aquello de que si o si van sus reformas.
Las especulaciones sobre el deslinde o no de Sheinbaum del actual gobierno y empezar a marcar diferencias en la mecánica de la administración de los recursos públicos dejarían saber por dónde va el camino. El beso que le plantó AMLO a la electa fue más que grotesco dejando en claro que el que manda es él y más aún cuando nuevamente miente y cambia su discurso asegurando que la gente pide que se quede.
El había prometido retirarse de la vida pública e irse a su rancho !pero no! La voz popular, las masas íntegras le pide permanezca. ¿Harán a un lado a Mario Delgado para ser el orquestador desde Morena?
Lo mejor que le puede suceder al país es que AMLO se retire y deje en verdad gobernar a Sheinbaum. En la silla presidencial no caben dos y menos si ella será sumisa al saliente. Las multimencionadas reformas constitucionales deberán ajustarse, si se dan, al mejoramiento de la nación ni al cumplimiento de caprichos.
AMLO quiere esperar hasta el último minuto para continuar imponiéndose. Las preguntas son: ¿A Sheinbaum le conviene?, ¿lo permitirá?, ¿iniciará con reformas que no son suyas pero que debe defender y aplicar?
Ya se recibieron señales de inconformidad y molestia de parte de los inversionistas y los mercados internacionales. Incluso ya avisó el Banco de México que intervendrá en el mercado cambiaría de ser necesario. Es decir, Sheinbaum autorizará iniciar con una economía ficticia dado que AMLO solo le interesa que los impartidores de justicia sean nombrados por elección y mano alzada. Sheinbaum ha declarado que hay estabilidad política, social y económica, ¿en verdad?
De siempre el presidente electo toma el control los últimos meses del gobierno saliente pero al parecer esa regla no escrita se puede romper y entonces Claudia aceptar condiciones y entretenerse viajando con AMLO en su gira de despedida, nuevamente gira de él, no de ella.