Se repartió un Premio Mayor de 17 millones de pesos en dos series y una bolsa de 51 millones de pesos en premios
Por Félix Muñiz
En medio de pompa y circunstancia, la Lotería Nacional conmemoró los 200 años del Senado de la República con un Sorteo Mayor que, si bien despertó entusiasmo, no estuvo exento de críticas y cuestionamientos.
La sede elegida para este evento fue la Antigua Casona de Xicoténcatl, un lugar histórico que agregó un toque de solemnidad a la ocasión. Sin embargo, mientras se celebraba la opulencia de un Premio Mayor de 17 millones de pesos en dos series y una bolsa de 51 millones en premios, muchas voces se alzaron para señalar la ironía de la situación.
En palabras de la senadora Elvia Marcela Mora Arellano, quien representó a la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Ana Lilia Rivera Rivera, “El Senado ya ganó”. Pero ¿ganó realmente? Mientras algunos se congratulan por la fortuna que supuestamente les asiste, otros no pueden evitar cuestionar la prioridad de destinar recursos a un evento de esta naturaleza en medio de las múltiples necesidades que enfrenta el país.
El Director General de la Lotería Nacional Marco Antonio Mena Rodríguez, destacó el orgullo de la Institución por participar en la conmemoración de dos de los momentos cruciales de la historia de nuestro país: el 200 aniversario de la inauguración del Senado y el 150 aniversario de su restauración.
La realización del Sorteo Mayor fuera de las instalaciones habituales de la Lotería Nacional, por primera vez en cinco años, fue presentada como un gesto de importancia histórica. Sin embargo, ¿realmente era necesario trasladar todo el montaje a un lugar diferente para conmemorar un aniversario del Senado?
Además del cuestionamiento sobre la relevancia y oportunidad del evento, surgen interrogantes sobre la transparencia en el proceso de selección de los ganadores. Si bien se presume que la Lotería Nacional opera bajo principios de imparcialidad y equidad, no están exentas las dudas sobre la integridad de los sorteos, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones es un bien preciado y en ocasiones escaso.
A pesar de las críticas, la Lotería Nacional y los organizadores del evento destacaron el orgullo de participar en la conmemoración de dos momentos clave en la historia de México: el bicentenario de la inauguración del Senado y el sesquicentenario de su restauración. Sin embargo, muchos se preguntan si este orgullo debería traducirse en un derroche de recursos que podrían ser destinados a iniciativas más urgentes y necesarias para el país.
En última instancia, el Sorteo Mayor por los 200 años del Senado de la República deja un sabor agridulce. Por un lado, se celebra la historia y el legado de una institución fundamental en la vida democrática del país. Por otro, se cuestiona la prioridad y el manejo de recursos en un contexto de desafíos y necesidades apremiantes. Quizás, más que una celebración desbordante, este aniversario debería ser una oportunidad para reflexionar sobre el papel y la responsabilidad del Senado en la construcción de un México más justo y equitativo.