El senador del PAN lanza una crítica demoledora al cierre del periodo legislativo: acusa a Morena de capturar todos los poderes del Estado y de instaurar un régimen autoritario
Por Félix Muñiz
En entrevista el coordinador de la bancada del PAN en el Senado Ricardo Anaya Cortés, no se anduvo con rodeos: “el balance de este periodo legislativo es uno de los más negros en la historia del Congreso Mexicano”.
Al concluir los trabajos del periodo ordinario de la LXVI legislatura, con tono severo y una narrativa cargada de preocupación, el panista Ricardo Anaya acusó al partido Morena de consolidar un régimen de corte autoritario, cimentado en la captura total de los poderes del Estado.
El también excandidato presidencial explicó que, aunque Morena obtuvo el 54% de los votos, de manera “ilegal” logró apropiarse del 75% de las cámaras legislativas, lo que le permitió alcanzar la mayoría calificada necesaria para realizar reformas profundas sin oposición efectiva. “Eso fue el primer paso: capturar el Poder Legislativo”, sentenció Anaya.
Pero la crítica del senador por el Estado de Querétaro no se detuvo ahí. Apuntó directamente a la reforma judicial promovida por el oficialismo, la cual, representa la “captura del segundo poder: el Judicial”. Esta afirmación alude a los mecanismos por los cuales se ha venido modificando la estructura del Poder Judicial para alinearlo, con los intereses del Ejecutivo.
Uno de los puntos más alarmantes de su análisis fue la desaparición de órganos constitucionales autónomos, como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
“Hoy un ciudadano ya no puede pedir información al gobierno con la garantía de un órgano constitucional autónomo”, lamentó Anaya, calificando este hecho como un retroceso de décadas en materia de transparencia.
La llamada “Ley Censura” también fue señalada como un intento de sofocar la libertad de expresión. Para el panista, la ofensiva contra los organismos autónomos y los contrapesos institucionales demuestra una estrategia bien planeada: desmantelar los pilares de la democracia mexicana.
Incluso la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) fue mencionada como parte del botín político: “la recolonización de la CNDH es otra muestra clara de este modelo de control total”.
Cuando se le preguntó si había algo positivo que rescatar del periodo, Anaya fue tajante: cualquier destello queda opacado por la magnitud del daño institucional. “Lo que ha ocurrido es tan grave, tan inédito, que esos pequeños avances no pueden equilibrar la balanza”.
Concluyó su declaración advirtiendo que este periodo legislativo pasará a la historia como uno en el que México retrocedió tres décadas. “Estamos frente a la consolidación de un régimen autoritario donde un solo movimiento, un solo partido, lo controla absolutamente todo”.