Demandan que Noroña actúe con “imparcialidad, tolerancia y respeto hacia las voces disidentes”
Por Félix Muñiz
En una jornada marcada por la tensión política, el Grupo Parlamentario del PAN (GPPAN) presentó un enérgico extrañamiento contra el senador Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, acusándolo de partidizar las funciones del Senado y de violar principios fundamentales de imparcialidad.
Este pronunciamiento se dio en el contexto de la sesión solemne que conmemoraba los 71 años del sufragio femenino, donde el comportamiento de Fernández Noroña generó críticas severas por su manejo sesgado del tiempo y su actitud confrontativa con senadores de oposición.
La coordinadora de la bancada panista, Guadalupe Murguía Gutiérrez, expresó que “ya no vamos a tolerar que el presidente de la Mesa sea un militante de Morena y haga del Senado una vocería partidista”. En su declaración, Murguía dejó claro que la Mesa Directiva debe ser un espacio de respeto y no un escenario para la confrontación ideológica.
Las palabras de la senadora reflejan un profundo malestar dentro de la oposición, que se siente cada vez más marginada en un entorno que debería ser de diálogo y deliberación.
El documento del extrañamiento fue presentado ante la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política del Senado, un paso significativo que pone de manifiesto el creciente descontento hacia la gestión de Fernández Noroña.
Según el GPPAN, la conducción de las sesiones debe realizarse con un “estricto apego a la normatividad”, enfatizando que es crucial que el presidente de la Mesa Directiva actúe con “imparcialidad, tolerancia y respeto hacia las voces disidentes”.
No es la primera vez que Fernández Noroña se encuentra en el centro de la controversia. Sus frecuentes intervenciones en debates, en lugar de mantener la neutralidad que su cargo exige, han sido señaladas por varios senadores de la oposición.
La también panista Laura Esquivel Torres, destacó que la falta de debate formal durante las sesiones solemnes ha sido reemplazada por el uso del micrófono por parte de Fernández Noroña para promover posturas partidistas. Esto, según Esquivel, muestra un desprecio por el decorum parlamentario y por el sentido de respeto que debe regir en la Cámara Alta.
La crítica se intensificó cuando Enrique Vargas del Villar, vicecoordinador de la bancada, subrayó que la tolerancia hacia el comportamiento del presidente de la Mesa Directiva ha llegado a su fin. “No vamos a dejar que el Senado de la República sea una tribuna de Morena. Lo que vimos hoy nunca había pasado”, lamentó, haciendo eco del sentimiento de muchos que observan con preocupación cómo se desdibuja la línea entre el deber del legislador y su militancia partidista.
El extrañamiento del PAN no solo representa una denuncia a la falta de imparcialidad en la conducción del Senado, sino que también es un llamado a la reflexión sobre la función que deben cumplir las instituciones en un sistema democrático. La mesa directiva, como órgano que debe asegurar el orden y la imparcialidad en las deliberaciones, no puede convertirse en un escaparate para la propaganda de un solo partido.
En conclusión, el GPPAN ha elevado su voz en un escenario que se vuelve cada vez más polarizado. La demanda de respeto por las prácticas parlamentarias y la necesidad de una conducción neutral del Senado son fundamentales para preservar la integridad de la democracia mexicana.
Con este extrañamiento, el PAN no solo se alza en defensa de sus derechos como oposición, sino que también busca proteger el funcionamiento del sistema legislativo en su conjunto.