La oposición afirma que la secretaria de hacienda presenta un presupuesto poco realista al pronosticar un crecimiento del 3%
Por Félix Muñiz
El pasado 15 de noviembre, el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, recibió formalmente el Paquete Económico 2025 de manos del secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O.
Este paquete, que incluye los Criterios Generales de Política Económica, la Iniciativa de Ley de Ingresos, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y la Miscelánea Fiscal, marca el rumbo económico del país para el próximo año.
Sin embargo, a pesar de las declaraciones optimistas, persisten dudas sobre si realmente se están tomando las decisiones correctas para asegurar la estabilidad económica a largo plazo.
Propuestas ambiciosas, pero desafíos persistentes
El secretario de Hacienda destacó que el Paquete Económico 2025 se presenta en un contexto de “estabilidad macroeconómica” y “finanzas públicas sanas”, con un crecimiento proyectado entre el 2% y 3% para el próximo año. Sin embargo, estos datos macroeconómicos, si bien optimistas, parecen ignorar las realidades que enfrenta el país en cuanto a la distribución de la riqueza, la inflación, el desempleo y las crecientes desigualdades sociales.
Uno de los puntos más llamativos de la Iniciativa de Ley de Ingresos es la previsión de obtener 8 billones de pesos, una cifra ambiciosa que no contempla aumentos en impuestos, confiando en que la recaudación fiscal se logrará a través de una mejora en la eficiencia fiscal, la fiscalización y la digitalización de procesos.
Si bien es cierto que el fortalecimiento de la recaudación es fundamental, la ausencia de nuevos gravámenes podría limitar las opciones para abordar los grandes desafíos sociales del país, como la pobreza, la educación y la salud.
Déficit fiscal y deuda: ¿Un riesgo calculado?
El paquete económico propone un déficit fiscal de 3.9% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que ha generado preocupaciones sobre el nivel de endeudamiento que podría alcanzar el país. Si bien el gobierno asegura que esta cifra es parte de un esfuerzo por mantener la deuda pública en niveles sostenibles (51.4% del PIB), el riesgo de una dependencia creciente de la deuda externa sigue siendo una sombra que no debe pasarse por alto. Los altos niveles de endeudamiento pueden generar vulnerabilidades, especialmente si las condiciones internacionales se deterioran o si la tasa de crecimiento económico no es suficiente para cubrir los pagos de la deuda.
Además, la propuesta de un déficit fiscal de 3.9% puede ser vista como una medida a corto plazo para mantener el crecimiento, pero a largo plazo puede convertirse en una carga insostenible, especialmente si no se logran aumentar los ingresos públicos de manera efectiva. En este sentido, la falta de un plan claro para la reducción del déficit estructural plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.
¿Un paquete económico justo y equitativo?
Uno de los argumentos que ha defendido el gobierno es que el Paquete Económico 2025 se alinea con un modelo de desarrollo “socialmente justo”, lo que ha sido respaldado por diversos legisladores, como Cuauhtémoc Ochoa Fernández, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
El senador del PAN Ricardo Anaya indico que aquí hay un problema muy grave del lado de los ingresos y es que están sobreestimando el crecimiento económico, ustedes lo saben, el Fondo Monetario Internacional ha venido reduciendo la expectativa de crecimiento, la han bajado ya muy cerca del 1 por ciento, el último pronóstico está en 1.3.
Y, en cambio, la Secretaría de Hacienda nos dice que la economía va a crecer entre 2 y 3 por ciento, es decir, están planteando que la economía va a crecer el doble o probablemente inclusive el triple de lo que las estimaciones serias están planteando.
Y esa falta de realismo tiene un impacto muy importante, primero, porque implica sobreestimar también los ingresos, cuando uno cree que la economía va a crecer más, pues también se asume que va a haber más pago de impuestos, principalmente impuestos sobre la renta e Impuesto al Valor Agregado.
Sin embargo, los cuestionamientos sobre si realmente se están asignando suficientes recursos a los programas de bienestar y a la infraestructura regional siguen siendo válidos. Si bien el gobierno ha subrayado su compromiso con el gasto social, la realidad es que los recortes en ciertos sectores, como salud y educación, continúan siendo un tema de preocupación.
Además, la reducción del déficit fiscal puede tener repercusiones directas en el presupuesto destinado a programas sociales si no se logran eficiencias en el gasto público. La pregunta es: ¿cómo se equilibrarán las metas de consolidación fiscal con las necesidades sociales apremiantes?
Aunque el Paquete Económico 2025 tiene algunos aspectos positivos, como la disciplina fiscal y la sostenibilidad de la deuda, también presenta riesgos importantes que deben ser cuidadosamente monitoreados. El desafío del gobierno será encontrar un equilibrio entre mantener la estabilidad macroeconómica y atender las demandas sociales urgentes. En este contexto, la falta de un plan más concreto para la distribución de la riqueza y la mejora de los servicios públicos podría poner en peligro la tan mencionada justicia social que se promete en este Paquete Económico. La aprobación final de este paquete por parte del Congreso será, sin duda, un punto de inflexión para determinar si México realmente está en el camino correcto hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.