Hoy se niega a colaborar seriamente con las agencias de los Estados Unidos y se niega a garantizarle paz y seguridad a las familias mexicanas
Por Félix Muñiz
El Presidente Andrés Manuel López Obrador al enarbolar la soberanía para negarse a combatir de raíz, de fondo el narcotráfico, equivale a colocarse en la categoría de un estado forajido, manifestó el Líder Nacional del PAN Marko Cortes Mendoza, quien explico que los estados forajidos son aquellos cuyas cúpulas se desentienden con desdén del derecho y de los tratados internacionales, los estados forajidos se consideran a sí mismos, más allá del alcance nacional o internacional, y por lo tanto se creen libres de perpetrar agresiones y cualquier tipo de violencia.
El dirigente panista Marko Cortés dijo que la actitud, la posición y el discurso de López Obrador caben perfectamente en esta definición de un estado forajido porque a él no le pueden venir con esto de que la ley es la ley.
Desde el principio suprimió el cumplimiento de la misma, e impuso su capricho de abrazos a los carteles de las drogas, y hoy se niega a colaborar seriamente con las agencias de los Estados Unidos, especialmente con la DEA para combatir el narcotráfico, en otras palabras, el presidente se niega a garantizarle paz y seguridad a las familias mexicanas.
Se niega a cumplir con el derecho internacional, y así como han violado en México unas 200 veces la Constitución y las leyes, López Obrador y su partido, pretenden hacer caso omiso de la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas de 1988.
También quiere hacer a un lado, la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada trasnacional, donde se estipula, la obligación de penalizar la Comisión de delitos bajo esquemas organizativos, penalizar y perseguir el lavado de dinero y promover la operación de activos y penalizar el encubrimiento.
Asimismo, estipula la obligación de combatir al crimen organizado con mecanismos de asistencia jurídica internacional, con investigaciones binacionales, con entregas vigiladas, con operaciones encubiertas, testigos colaboradores, técnicas de vigilancia transfronteriza y asistencia técnica, en fin.
Ya lo dijimos y lo repetimos, López Obrador debe reconocer su rotundo fracaso en materia de seguridad y retomar con seriedad la colaboración con la DEA, pero también con el Departamento de Justicia, con el departamento del tesoro, con el departamento interior de los Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial.
Los datos ahí están y son verificables, de los 5 años más violentos del presente siglo, 4 de éstos son con el gobierno de López Obrador, de los 4 años con más de 20 mil desaparecidos, los cuatro son de López Obrador.
Por eso le exigimos al Presidente que aplique el mismo razonamiento que él usó con el Ejército Mexicano, el delito de un elemento no representa a la Institución, él dice que por eso no dialoga o no colabora con la DEA, pues el delito de un miembro de la DEA no implica a toda la institución.
Y nuevamente lo decimos, el presidente tiene que rectificar a tiempo para que en el futuro no sea él quien esté en los Estados Unidos acusado por su negligencia o hasta complicidad, así como lo ha hecho sin necesidad en otros temas, no estaría mal que en esté haga una consulta para que le pregunte a la gente si está de acuerdo que respetando nuestra soberanía, Estados Unidos nos ayude a combatir la violencia para acabar con las extorsiones, para acabar con el sufrimiento de familias que no pueden transitar de un ponto a otro o que simplemente no pueden trabajar.
Para acabar con tanto dolor que se sufre en las diferentes localidades de nuestro país que hoy está controlado por el crimen organizado, es obvio cuál sería la respuesta de la gente, la gente quiere vivir en paz, quiere ir a trabajar tranquila y hoy esa decisión está en el presidente de la República.