Desmiente al diputado de Morena Pedro Haces al afirmar que esto genera inflación
Por Félix Muñiz
La reciente propuesta del PRI en la Cámara de Diputados para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas ha generado un intenso debate. El coordinador de los diputados federales del partido, Rubén Moreira, defendió esta iniciativa durante un programa de análisis donde estuvo acompañado por el economista Mario Di Costanzo y el abogado Miguel Ángel Sulub. A pesar de las críticas, especialmente de líderes sindicales como Pedro Haces, el PRI sostiene que esta reducción es viable y beneficiosa para los trabajadores y la economía.
El ex gobernador del PRI por el Estado de Coahuila Ruben Moreira destacó que el PRI votó a favor del dictamen laboral consensuado en la Comisión de Puntos Constitucionales de la LXV Legislatura. “Bajemos la jornada laboral a 40 horas, que a los trabajadores les paguen siete días y trabajen cinco”, afirmó, subrayando la importancia de un enfoque gradual que empiece con sectores que generan mayor plusvalía, como la minería y la industria automotriz.
El apoyo a esta iniciativa se basa en la premisa de que una jornada laboral reducida podría mejorar la calidad de vida de los trabajadores, permitiéndoles disfrutar de más tiempo libre y, potencialmente, una mayor capacidad de consumo.
El economista Di Costanzo argumentó que la reforma no generaría un aumento de precios ni inflación, sino que podría incrementar la productividad al dar a los empleados un respiro en su carga laboral.
Sin embargo, la crítica de Pedro Haces, quien advirtió que esta reducción podría desencadenar inflación, plantea un dilema. El legislador priista Ruben Moreira desmintió esta afirmación, señalando que en México, la inflación es resultado de la falta de competitividad y de inversión en infraestructura, no de la cantidad de horas que se trabaja. Esta respuesta sugiere que el verdadero desafío no radica en la jornada laboral, sino en las condiciones estructurales que afectan la economía del país.
Por otro lado, la implementación de estímulos fiscales para micro, pequeñas y medianas empresas es una parte crucial del plan del PRI. La Cámara Nacional de Comercio ha propuesto una ruta de factibilidad que incluye medidas para facilitar la transición hacia una jornada laboral más corta. Sin embargo, la efectividad de estos estímulos dependerá de la voluntad política y la ejecución adecuada de políticas públicas.
Además, el abogado Miguel Sulub recordó otras reformas recientes, como el aumento de días de vacaciones a 12 y la regulación de salarios mínimos, resaltando un ambiente de cambios positivos para los trabajadores. Estas reformas son parte de un conjunto más amplio que busca mejorar las condiciones laborales y la calidad de vida en México. Sin embargo, la cuestión sigue siendo si estas reformas se implementarán de manera efectiva o si quedarán atrapadas en la burocracia legislativa.
La propuesta del PRI de reducir la jornada laboral es un reflejo de una necesidad apremiante: mejorar las condiciones de trabajo y fomentar un ambiente más humano y equilibrado. Sin embargo, la resistencia de algunos sectores y las advertencias sobre la inflación ponen de relieve la complejidad de la situación.
La verdadera prueba será si el gobierno y los partidos políticos pueden unir fuerzas para implementar cambios significativos que beneficien a la clase trabajadora sin comprometer la estabilidad económica del país. La situación actual nos lleva a cuestionar si realmente estamos listos para dar este paso hacia adelante o si es más fácil permanecer en la zona de confort de las viejas prácticas laborales. El futuro laboral de México podría depender de la respuesta a estas preguntas.