Que el Jefe del Ejecutivo Federal diga que 100 millones de pesos en contratos para los amigos de su hijo “no son nada”, es clara muestra de la corrupción en la que está sumergida su propia familia
Por Félix Muñiz
Lamentablemente la posición de Morena en el Senado de la República e incluso en la Comisión Permanente es de opacidad, es de continuar acompañando la corrupción del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y de su familia manifestó la senadora del PAN Kenia López Rabadán, quien sostuvo que no quieren que el INAI trabaje porque no quieren que México se dé cuenta de lo corruptos que son en este gobierno.
Por supuesto que nosotros lo hemos dicho: la prioridad del Senado mexicano es nombrar a los comisionados del INAI.
Estaremos siempre a favor de que se defina y se vote a favor de uno, dos o tres comisionados del INAI para que pueda seguir funcionando.
¿Saben por qué ahora se entiende esta obsesión de opacidad? Pues porque uno de los hijos vive plácidamente, si son ciertas esas fotos que se han viralizado, y cuando no le gustan las cosas que le dicen en este país se va a otro continente porque eso sí, uno pensaría “pues si a López Obrador le gusta tanto Cuba y dice que ahí debería de vivir la gente” yo no entiendo por qué sus hijos no se van a Cuba.
No, sus hijos se van al primer mundo, sus hijos se van a gastar millones de pesos, esos que no tienen los mexicanos.
Es evidente, pues, que esta transparencia que México necesita López Obrador no la quiere y, por eso en su mundo ideal, pues la opacidad, todo por debajo de la mesa, todo en lo oscurito, es lo que quieren que siga prevaleciendo.
Nosotros continuamos diciéndoles: ahí están nuestros votos para votar a favor de uno, dos o tres nombres que se requieren para que el INAI siga funcionando.
De verdad que López Obrador ya perdió el piso. Decir que 100 millones de pesos no son nada, es no entender a México y a los mexicanos. Más del 99 por ciento de los mexicanos nunca van a tener, nunca vamos a tener 100 millones de pesos, es más, yo creo que López Obrador ya perdió el piso, porque claramente debería saber que 100 millones de pesos es una cantidad altisisisima de dinero. Cuando él dice que 100 millones de pesos no son nada, demuestra que no entiende qué está pasando en México y es por eso que no entiende el dolor de los mexicanos.
Siempre hay una disculpa para las ilegalidades de sus cercanos. Cuando se trató de sus hermanos, eran sobres con donativos para su movimiento, ¿se acuerdan cómo decía?
Cuando se habló sobre los contratos de su prima, él dijo que no estaba enterado.
Ahora que se trata de sus hijos, minimiza el robo al erario.
Es inaceptable que, a lo largo de cinco años, desde Palacio Nacional se quiera hacer chiquito este gran problema, hay un conflicto claro de interés; es evidente que él quiere desviar la atención con estas frases simplonas de “mis hijos no son corruptos”, cuando a todas luces, los casos de la “Casa gris” de Houston, de la casa de Coyoacán, de los contratos para Texcoco y de la contratación de servidores públicos sin experiencia, demuestran claramente lo contrario.
Estamos ante una de las etapas más tristes para la vida pública de México. La impunidad, la falta de transparencia y la corrupción son las líneas que dirigen al gobierno de López Obrador. Ahora queda al descubierto por qué en su mundo ideal pues el INAI no debería existir; es muy, muy obvio que su talón de Aquiles es la rendición de cuentas.