Explosión de mina terrestre mata a 6 militares en Michoacán; PRI acusa al gobierno de ser indiferente ante el crimen organizado
Por Félix Muñiz
La violencia en México alcanzó un nuevo y alarmante nivel este fin de semana, cuando seis elementos del Ejército Mexicano perdieron la vida tras la explosión de una mina terrestre en los límites entre Michoacán y Jalisco, específicamente en el poblado El Santuario, del municipio de Los Reyes.
El ataque, que también dejó a dos militares gravemente heridos, ha desatado una ola de indignación y críticas por parte de la oposición política, particularmente del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.
“El crimen ya mata soldados con minas terrestres y drones, y el gobierno ni se inmuta”, denunció ”Alito” Moreno en sus redes sociales. “No hay respuesta, no hay acción, no hay autoridad. Este gobierno se rindió”.
La explosión destruyó por completo el vehículo militar en el que los ocho soldados patrullaban la zona, una región azotada desde hace años por la presencia del crimen organizado. La brutalidad del ataque, calificado por analistas como un acto de guerra no convencional, refleja el grado de sofisticación con el que operan los grupos criminales en el país.
Moreno Cárdenas no escatimó palabras al señalar la ausencia del gobierno federal ante la escalada de violencia en regiones como Michoacán. “El crimen hace lo que quiere porque este gobierno se rindió. No está rebasado, está ausente. Dejaron solos a los militares, dejaron solo al pueblo”, acusó el dirigente priista.
Sus declaraciones llegan en un contexto de creciente tensión política, en el que la estrategia de seguridad del gobierno de Morena ha sido cuestionada tanto por expertos como por la ciudadanía. La crítica apunta a que el enfoque federal, basado en la política de “abrazos, no balazos”, ha fracasado rotundamente en contener a los grupos delictivos.
El uso de minas terrestres y drones armados en contra de las fuerzas armadas representa una escalada sin precedentes en la violencia del narcotráfico. Este ataque no solo cobra vidas, sino que lanza un mensaje claro: los cárteles ya no temen enfrentarse al Estado en su propia cancha.
“Morena ya demostró que es un gobierno incapaz, sumiso ante el crimen y sin el valor para defender a México. ¡Ya es hora de que renuncien!”, sentenció Moreno, al tiempo que afirmó que el PRI sí está preparado para “poner orden, con carácter, responsabilidad y resultados”.
La pregunta que hoy resuena es: ¿Dónde está el gobierno ante este tipo de ataques? La falta de reacción oficial inmediata ante la masacre ha encendido las alarmas sobre el abandono institucional en zonas de alto conflicto. Mientras tanto, los ciudadanos y los propios soldados continúan enfrentando solos una guerra que parece no tener fin.
Con este nuevo acto de barbarie, México se adentra aún más en una crisis de seguridad que el actual gobierno federal parece incapaz —o reacio— a resolver.