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Por Félix Muñiz
Conforme a la nueva política diplomática el secretario de Relaciones Exteriores (SRE) Juan Ramón de la Fuente, reafirmó a Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en el país, los nuevos lineamientos que regirán la relación bilateral entre ambas naciones bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum.
En un mensaje a los medios, De la Fuente dejó claro que la diplomacia mexicana dará un giro significativo, marcando una nueva era en el manejo de las relaciones con el vecino del norte.
El canciller Juan Ramon de la Fuente, siguiendo las directrices de la Presidenta Claudia Sheinbaum, ha estado en conversaciones con el Embajador de Estados Unidos en México Ken Salazar para establecer un enfoque más sistemático y claro en la comunicación entre los dos países.
“Las reglas claras hacen amistades largas”, subrayó De la Fuente, enfatizando la necesidad de establecer un marco de referencia que respete la soberanía y los intereses mexicanos. Esta declaración no solo refleja un cambio de tono, sino también un cambio en el enfoque hacia la relación bilateral, que hasta ahora había sido más informal y directa.
Durante su intervención, De la Fuente reconoció el profesionalismo con el que Salazar ha recibido las propuestas de México, pero también destacó que, a pesar de las críticas del embajador hacia la reforma judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, es crucial mantener una comunicación abierta para evitar malentendidos. En este contexto, se observa un intento de suavizar tensiones y establecer un diálogo constructivo, aunque con un claro mensaje de que la soberanía mexicana será prioritaria en la agenda.
Este cambio de dinámica es significativo, dado que la administración anterior de López Obrador solía llevar a cabo reuniones más frecuentes y directas con el embajador Salazar. En un giro estratégico, la administración de Sheinbaum ha decidido que todos los asuntos relacionados con Estados Unidos serán tramitados a través de la Cancillería, lo que refuerza la importancia de esta institución en la política exterior mexicana. La decisión parece tener como objetivo centralizar el poder en la SRE y evitar que cuestiones delicadas se manejen de manera improvisada o fuera de un marco formal.
Sin embargo, este enfoque también plantea interrogantes sobre la capacidad de la Cancillería para manejar las complejidades de la relación bilateral en un mundo tan interconectado y cambiante. ¿Podrá la SRE responder de manera ágil y efectiva ante situaciones que requieran una atención inmediata? La historia ha demostrado que la diplomacia a menudo se basa en relaciones personales y en la capacidad de los líderes para interactuar directamente, algo que podría perderse en este nuevo esquema.
Además, la postura de Sheinbaum y De la Fuente parece estar alineada con un deseo de distanciarse de las políticas de López Obrador, pero también con la intención de reafirmar la independencia de México en el escenario internacional. Este tipo de movimientos es vital en un contexto donde la influencia estadounidense a menudo tiende a eclipsar las decisiones soberanas de México.
En resumen, la reciente declaración de Juan Ramón de la Fuente hacia Ken Salazar representa un claro intento por establecer un nuevo marco de relación con Estados Unidos, basado en el respeto y la formalidad. A medida que la administración de Claudia Sheinbaum avanza, será fundamental observar cómo se desarrollan estas interacciones y si realmente este nuevo enfoque puede llevar a una relación más equilibrada y constructiva entre ambos países. La soberanía y el respeto por los intereses nacionales deben ser los pilares de esta nueva etapa en la diplomacia mexicana.