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La atención de heridas, una estrategia clave para reducir la resistencia Antimicrobiana

Solo 46% de los países en América aplican eficazmente un plan de acción contra la resistencia antimicrobiana

Por Félix Muñiz

 

 

La resistencia antimicrobiana (RAM) ha sido calificada como “la pandemia silenciosa”, ya que cada año cobra miles de vidas en todo el mundo y amenaza con desbaratar los avances en medicina moderna. Este fenómeno ocurre cuando los microorganismos, como bacterias, virus y hongos, desarrollan mecanismos para evadir los efectos de los fármacos diseñados para eliminarlos. El uso indiscriminado de antibióticos, tanto en humanos como en animales, ha acelerado este proceso, convirtiendo infecciones previamente tratables en amenazas graves para la salud.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aunque el 83% de los países en América han adoptado un plan nacional contra la resistencia antimicrobiana, solo el 46% de ellos lo aplica de manera eficaz. En México, la situación es alarmante, con más de tres millones de casos de infecciones resistentes registrados en 2021, que resultaron en más de 45 mil muertes debido a la RAM. Esta situación subraya la urgencia de tomar medidas decisivas en el ámbito de la salud pública.

Uno de los sectores más vulnerables en este contexto es el tratamiento de heridas. En muchos casos, el uso excesivo de antibióticos en la atención de lesiones o infecciones cutáneas contribuye directamente al desarrollo de cepas resistentes. De hecho, algunos estudios indican que en muchas situaciones, es posible tratar heridas sin recurrir a antibióticos, lo que podría disminuir significativamente el riesgo de resistencia microbiana. Sin embargo, esta práctica aún no se aplica ampliamente en muchos entornos clínicos, lo que alimenta el círculo vicioso de la resistencia.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que, si no se toman medidas adecuadas, la resistencia antimicrobiana podría causar la muerte de 2.4 millones de personas entre 2015 y 2050 solo en Europa, América del Norte y Australia.

En el contexto global, se calcula que se podrían salvar hasta 1.6 millones de vidas si se implementan medidas eficaces para controlar la resistencia antimicrobiana, incluyendo prácticas más estrictas de prevención y tratamiento de infecciones.

En este panorama, el tratamiento de heridas juega un papel crucial. La prevención de infecciones en lesiones es fundamental para evitar complicaciones que puedan requerir el uso de antibióticos.

Es aquí donde la innovación en el tratamiento de heridas se presenta como una solución efectiva. Empresas como Essity Health & Medical han desarrollado alternativas tecnológicas avanzadas que permiten tratar heridas sin recurrir a antibióticos.

Un ejemplo destacado es el portafolio Cutimed Sorbact, un sistema innovador que utiliza una tecnología de adhesión para reducir la carga bacteriana en las heridas, eliminando las bacterias con cada cambio de apósito.

Estudios clínicos han demostrado que el uso de este tipo de apósitos puede reducir la carga bacteriana hasta en un 73%, favoreciendo la cicatrización de las heridas en un 80% en las primeras 24 horas de tratamiento.

Esta solución no solo mejora la eficacia del tratamiento, sino que también ayuda a prevenir la proliferación de infecciones resistentes, reduciendo la necesidad de antibióticos.

Priscila Cantú, especialista médica de Essity Health & Medical, subraya la importancia de innovaciones como Cutimed Sorbact en la lucha contra la RAM. “La resistencia antimicrobiana es un tema que nos preocupa profundamente.

“Como compañía líder en soluciones de higiene y salud, hemos trabajado intensamente para desarrollar opciones como Cutimed Sorbact, que transforman el tratamiento de heridas al reducir el uso innecesario de antibióticos”.

La atención adecuada de heridas, con productos que previenen infecciones sin recurrir a antibióticos, representa un paso fundamental en la lucha contra la resistencia antimicrobiana. Con el crecimiento de la resistencia microbiana a nivel global y los altos costos que conlleva, adoptar enfoques innovadores no solo es una necesidad urgente, sino una estrategia vital para proteger la salud pública y garantizar la eficacia de los tratamientos en el futuro.

 

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