Aseguro que este sexenio el más sangriento culminara con más de 200 mil homicidios
Por Félix Muñiz
En un contexto de creciente violencia, el senador Ricardo Anaya Cortés ha levantado la voz para criticar la estrategia de militarización de la seguridad pública en México, que, según sus proyecciones, culminará con más de 200 mil homicidios al final del actual sexenio. Anaya, quien anunció su decisión de no asistir a una reciente sesión del Senado en señal de protesta, considera que esta medida no solo es ineficaz, sino que ha demostrado ser un rotundo fracaso en administraciones pasadas.
En entrevistado previo a la Sesión del Senado en la que se declaró la constitucionalidad de la adscripción de la Guarida Nacional al Ejercito el senador del PAN Ricardo Anaya recordó que la militarización de la seguridad pública ha sido una constante en los últimos sexenios. “En el gobierno de Vicente Fox, hubo 60 mil homicidios. Con Felipe Calderón, la cifra se disparó a 120 mil, y durante el mandato de Enrique Peña Nieto, alcanzamos los 160 mil. Este sexenio va rumbo a ser el más violento en la historia de México”, afirmó el senador, subrayando la ineficacia de una estrategia que, en lugar de pacificar al país, ha exacerbado la violencia.
El ex candidato presidencial también criticó la tendencia del actual gobierno de tomar decisiones basadas en “ocurrencias” y “otros datos”. Para Anaya, la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia representa una oportunidad para cambiar el rumbo, siempre y cuando se adopte un enfoque basado en evidencia científica. “Celebramos que termina un sexenio de decisiones arbitrarias y esperamos que la nueva administración se enfoque en datos reales y no en la imaginación del gobernante”, declaró.
La postura de Anaya se sitúa en un contexto más amplio de descontento social por la militarización de la seguridad. Expertos y analistas han señalado que el uso del ejército en funciones de seguridad pública no solo ha resultado en un aumento de la violencia, sino que también ha socavado la confianza de la ciudadanía en las instituciones. “Militarizar la seguridad pública no ha funcionado y no tendría por qué hacerlo”, insistió Anaya, quien argumenta que esta estrategia ha llevado a un deterioro significativo de la democracia en el país.
Además, el senador abordó las repercusiones económicas que conlleva esta política de seguridad. “El endurecimiento del régimen autoritario está ahuyentando las inversiones, lo que a su vez desacelera la economía y afecta a las familias mexicanas”, advirtió. Este deterioro económico es un tema crucial, especialmente en un país donde la pobreza y la desigualdad son problemas persistentes.
La situación actual, marcada por una herencia de decisiones autoritarias, también incluye la reciente reforma en materia de prisión preventiva oficiosa. Anaya advierte que esta medida puede ser utilizada para silenciar a periodistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos, lo que representa un paso peligroso hacia un régimen autoritario.
En su crítica, Anaya concluyó que la ausencia de la oposición en esta sesión del Senado simboliza un rechazo contundente a la militarización de la seguridad. “No avalaremos una estrategia que claramente no le conviene a México y no va a pacificar la nación. Queremos vivir en paz, y esta no es la ruta”, sentenció.
Con la llegada de un nuevo gobierno, la esperanza es que se dé un giro hacia un enfoque más democrático y basado en la evidencia, donde la seguridad pública no dependa de medidas extremas y represivas, sino que se construya a través del diálogo y el respeto a los derechos humanos. La pregunta ahora es si el nuevo liderazgo tendrá la voluntad y la capacidad para llevar a cabo este cambio necesario.