PRI se deslinda del proceso y denuncia simulación impulsada por Morena que pone en riesgo la división de poderes y la democracia
Por Felix Muniz
En un mensaje contundente y en tono de firme denuncia, el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, calificó el actual proceso de elección judicial como una farsa orquestada por el gobierno de Morena, al señalar que no se trata de un ejercicio democrático auténtico, sino de un montaje cuidadosamente armado para legitimar la sumisión del Poder Judicial al poder presidencial.
En un mensaje difundido a través de sus redes sociales el senador del PRI Alejandro Moreno indico que “lo que está ocurriendo hoy no es una elección, es una simulación que ofende a México. Las casillas están vacías, el pueblo desconcertado.
Quienes acuden lo hacen sin información, sin certeza, muchos votando al azar o con acordeones en la mano”, denunció Moreno, visiblemente indignado.
El líder del PRI advirtió que este proceso no solo representa una amenaza a la legalidad, sino una demolición institucional del país.
En vez de fortalecer al Poder Judicial, el oficialismo —acusó— lo ha reducido a un espectáculo político, eliminando de facto la independencia que debe caracterizar a uno de los tres pilares fundamentales de cualquier democracia funcional.
“Morena convirtió la elección judicial en un show electoral que en lugar de empoderar al ciudadano, lo desinforma y lo manipula. Han pisoteado la división de poderes y están reemplazando la legalidad por el control político absoluto”, expresó.
Frente a este escenario, el PRI decidió no participar en un proceso que consideran viciado desde su origen. “No vamos a legitimar una farsa que traiciona a México. Nuestra ausencia es una forma de protesta ante este atropello.
El silencio también es complicidad, y el PRI no será cómplice de la destrucción del Estado de Derecho”, aseveró Moreno Cárdenas.
Las imágenes de casillas vacías y electores confundidos reflejan el fracaso de una consulta mal diseñada, mal comunicada y profundamente ideologizada. De acuerdo con analistas, el proceso carece de garantías mínimas de equidad y transparencia, y podría abrir la puerta a la politización de la justicia en niveles sin precedentes.
Lejos de construir un país de instituciones, leyes y contrapesos, Morena está consolidando un modelo autoritario, en el que los jueces serán elegidos no por su capacidad, sino por su obediencia. Un Poder Judicial sin independencia es, en esencia, un apéndice del poder político, incapaz de actuar con imparcialidad.
“Están demoliendo el México de instituciones. Y ante eso, nuestra obligación es resistir y alzar la voz”, subrayó Alejandro Moreno.
El llamado es claro: detener esta medida autoritaria antes de que sea irreversible. Defender la legalidad, restaurar la división de poderes y garantizar que la justicia no se convierta en un instrumento de represión o propaganda son prioridades ineludibles. Hoy, más que nunca, la democracia mexicana necesita ciudadanos vigilantes y partidos responsables que no avalen simulaciones disfrazadas de participación.