Denuncian que la estrategia de la opositora la zacatecana Roció Nahle es la de amenazar a los votantes
Por Félix Muñiz
El líder del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, no escatima el apoyo al prometer defender Veracruz y ganar terreno político en la región. Sin embargo, su discurso está cargado de críticas hacia el gobierno actual y las estrategias de sus oponentes.
En una reciente gira por Veracruz, Marko Cortés respaldó fervientemente al candidato de la Coalición Fuerza y Corazón por México José Francisco Yunes Zorrilla, subrayando su historial de resistencia frente a propuestas que considera perjudiciales para el estado.
Destacó el éxito del candidato Pepe Yunes en debates y encuestas, presentándolo como la alternativa ante un gobierno que califica de “mediocre y corrupto”.
El dirigente nacional del PAN Cortés Mendoza no pierde la oportunidad de atacar al gobierno de Cuitláhuac García, al que acusa de eliminar programas sociales exitosos y de intentar someter a instituciones autónomas como el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Suprema Corte de Justicia.
Además, critica la estrategia de su contrincante, a quien describe como una amenaza que busca coaccionar el voto ciudadano.
“La estrategia de la zacatecana es amenazarlos, que si no votan por su partido les quitan programas sociales. Falso, absolutamente falso”, enfatiza Cortés, reforzando su compromiso de defender los intereses de los ciudadanos.
El llamado del líder panista no se limita solo a apoyar a Pepe Yunes, sino que extiende su solicitud de respaldo para otros candidatos afines a su partido.
Insta a un voto parejo el 2 de junio, respaldando a Xóchitl Gálvez para la presidencia de México, a Miguel Ángel Yunes para el Senado y a Pepe Bahena para diputado local.
El evento contó con la presencia de líderes estatales de diferentes partidos, lo que subraya la importancia estratégica de la región en la contienda electoral.
Sin embargo, estas promesas y críticas no están exentas de escepticismo. Los ciudadanos, cansados de la retórica política vacía, exigen acciones concretas y soluciones tangibles a los problemas que aquejan al estado. La retórica electoral puede resultar efectiva para movilizar a las bases, pero solo el tiempo dirá si las promesas se traducen en mejoras palpables para Veracruz.
En medio de un ambiente político polarizado y con la sombra de la corrupción y la ineficacia gubernamental planeando sobre la contienda, los ciudadanos enfrentan una decisión crucial el próximo 2 de junio.
La esperanza de un cambio real se enfrenta a la incertidumbre y el escepticismo. En este contexto, las palabras de los líderes políticos son examinadas con lupa, y las promesas vacías pueden tener consecuencias devastadoras para el futuro de Veracruz.