La califican como la “fiesta del régimen y un atraco a la nación”
Por Félix Muñiz
La próxima sesión del Senado, programada para este viernes, promete ser un escenario de controversia y descontento político. Los grupos parlamentarios del Partido Acción Nacional (PAN) y de Movimiento Ciudadano (MC) han anunciado su decisión de no asistir a la sesión donde se llevará a cabo la declaratoria de validez constitucional de la reciente reforma al Poder Judicial.
Esta postura refleja una profunda discordancia con los procedimientos y el contenido de la reforma, abriendo un nuevo capítulo en la lucha por la justicia y la legitimidad legislativa en México.
El coordinador de MC en el Senado, Clemente Castañeda, no escatimó en palabras para expresar su rechazo hacia la reforma. Describió la declaratoria de validez como “la fiesta del régimen” y “el consumo del atraco a la nación”, dejando claro que su partido no considera la reforma como un avance legítimo.
Castañeda añadió que MC está en el proceso de evaluar todas las opciones legales disponibles para impugnar la reforma, comprometiéndose a utilizar todos los mecanismos posibles para tratar de revertir lo que consideran un acto injusto.
El desacuerdo de los senadores del PAN también ha sido rotundo. A través de una comunicación interna, se instruyó a los miembros del partido a no asistir a la sesión en cuestión. La directiva panista considera que la reforma, cuya declaratoria de constitucionalidad no será sometida a votación, es “ilegítima” y “espuria”. En lugar de participar en la sesión, el PAN se concentrará en preparar y presentar una acción de inconstitucionalidad y otros recursos legales para desafiar la reforma.
El anuncio del boicot subraya una creciente tensión entre los partidos opositores y la administración actual. Los críticos argumentan que la reforma fue impulsada mediante prácticas cuestionables, incluyendo “chantaje, compra de votos y amenazas”, lo que, en su opinión, descalifica la legitimidad del proceso legislativo.
Este rechazo frontal no solo refleja un desacuerdo con el contenido de la reforma, sino también una protesta contra los métodos utilizados para su aprobación.
La reforma al Poder Judicial, que ha sido una pieza central de la agenda del gobierno actual, ha generado un debate profundo sobre su impacto y sus implicaciones para la justicia en México. Los opositores temen que la reforma pueda debilitar la independencia del Poder Judicial, afectando la capacidad de los tribunales para operar sin presiones externas y, en última instancia, comprometiendo el equilibrio de poderes en el país.
Este acto de boicot por parte de PAN y MC también pone de relieve la fractura en el Senado y la polarización política que caracteriza el panorama legislativo mexicano. La decisión de no asistir a la sesión no solo es un acto simbólico de protesta, sino una estrategia calculada para evitar la convalidación de una reforma que consideran dañina para el sistema judicial y democrático del país.
Mientras tanto, la administración actual ha mantenido una postura firme en la defensa de la reforma, argumentando que es necesaria para modernizar y eficientar el Poder Judicial. No obstante, la ausencia de los dos principales grupos parlamentarios opositores en la sesión de este viernes añade un nuevo nivel de complejidad a un debate que ya está cargado de tensiones políticas y legales.
El desenlace de este conflicto tendrá implicaciones significativas para el futuro del sistema judicial mexicano y para la dinámica política en el Senado. La ausencia de PAN y MC en la sesión es una clara señal de resistencia y un llamado de atención sobre la manera en que se están llevando a cabo las reformas más críticas del país.