México debe cicatrizar sus heridas, debe de conocer la verdad y castigar a los responsables
Por Félix Muñiz
En un intento por sanar las heridas que han marcado la historia reciente de México, el coordinador de los senadores de Morena Ricardo Monreal Ávila, propone una medida polémica: modificar la Ley de Amnistía para castigar a los responsables del caso Ayotzinapa. Pero, ¿es esta realmente la solución, o simplemente una maniobra para desviar la atención de los verdaderos problemas del país?
El legislador morenista Ricardo Monreal argumenta que eventos como Tlatlaya, Iguala, Allende, San Fernando y Ayotzinapa han dejado cicatrices profundas en el tejido social mexicano. Sin duda, son tragedias que han lastimado la convivencia pacífica y han enlutado al país. Pero ¿es la modificación de una ley la respuesta?
La propuesta se basa en otorgar facultades al Ejecutivo para no aplicar la norma jurídica penal, a cambio de información verificable y comprobable proporcionada por aquellos que estuvieron involucrados en los acontecimientos. Parece tentador: conocer la verdad a cambio de eximir de castigo. Sin embargo, ¿qué garantías hay de que la verdad emergerá realmente? ¿Y quién decide qué información es suficiente para obtener la amnistía?
El legislador busca respaldo en el derecho comparado, señalando que la amnistía e indulto se han aplicado en la mayoría de los países. Pero, ¿es válido comparar la situación mexicana con la de otras naciones? Cada contexto es único, y las soluciones deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada país.
La propuesta ha generado controversia, como era de esperar en un momento de polarización política y electoral. ¿Es realmente el momento adecuado para abordar este tema, o es simplemente una estrategia para desviar la atención de otros problemas más urgentes?
Es necesario abordar esta discusión con seriedad y rigor técnico, como lo plantea el autor de la iniciativa. Pero también es crucial cuestionar sus motivaciones y considerar si esta modificación realmente contribuirá a la justicia y a la reconciliación que tanto necesita México.
Ante una propuesta tan controvertida, es fundamental que la sociedad esté informada y participe activamente en el debate. No dejemos que nos sorprendan ni nos engañen sobre el verdadero propósito de esta iniciativa. Exijamos transparencia, responsabilidad y un compromiso real con la verdad y la justicia.
En un país marcado por la impunidad y la corrupción, modificar la Ley de Amnistía puede ser una oportunidad para avanzar hacia la rendición de cuentas y la reparación del tejido social. Pero también puede convertirse en una trampa que perpetúe la impunidad y el olvido. La decisión está en manos de todos nosotros.