Exhortan a la Secretaría de Cultura y al Banco de México a actuar conforme a derecho
Por Felix Muniz
En una nueva muestra de la preocupante opacidad en la gestión del patrimonio artístico nacional, senadoras y senadores del PRI han levantado la voz para exigir a la Secretaría de Cultura y al Banco de México una investigación exhaustiva sobre la desaparición de varias obras de Frida Kahlo, una de las artistas más emblemáticas de México.
La propuesta con punto de acuerdo, presentada en el Senado, busca esclarecer los señalamientos sobre el robo de obras de Frida Kahlo, denuncias que, aunque alarmantes, han sido minimizadas o francamente desestimadas por las autoridades culturales implicadas.
Las acusaciones no surgieron de rumores o fuentes anónimas, sino de Hilda Trujillo, exdirectora de los museos Casa Azul y Diego Rivera, quien en abril de 2025 reveló públicamente irregularidades en el manejo del acervo de ambos recintos. Trujillo afirmó que varias piezas de Kahlo, bajo resguardo legal y notarial, habrían sido sustraídas y algunas incluso habrían reaparecido en colecciones privadas y casas de subasta.
Entre las obras desaparecidas destacan títulos como Frida en llamas, Congreso de los pueblos por la Paz, La Libertad Americana, Mi chata ya no me quiere, además de varios dibujos y páginas del diario personal de la artista. Estas obras, consideradas monumentos artísticos por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, no pueden salir legalmente del país ni ser transferidas sin autorización.
Pese a la gravedad de las denuncias, el Fideicomiso de los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo, bajo administración del Banco de México, no sólo negó los hechos, sino que también descalificó a la denunciante, señalando supuestas irregularidades durante su gestión.
Resulta irónico que, en lugar de abrir una investigación, la respuesta institucional sea una defensa cerrada y corporativa, como si el verdadero objetivo fuera proteger a los administradores y no a la obra de Kahlo.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), por su parte, se ha declarado con las manos atadas, escudándose en que los museos están bajo una administración privada. No obstante, la propia directora del INBAL, Alejandra de la Paz, ha reconocido que las obras tienen declaratoria de monumento artístico, lo que les otorga un estatus legal que exige su protección activa. Entonces, ¿cómo justificar la inacción?
La intervención del Grupo Parlamentario del PRI pone sobre la mesa un tema que trasciende colores partidistas: la negligencia sistemática en la custodia del legado artístico mexicano. Su proposición exige que se actúe conforme a derecho, recordando que estos delitos pueden ser perseguidos de oficio, y que si hubo omisión o complicidad de funcionarios públicos, debe haber sanciones ejemplares.
¿Estamos ante una cadena de encubrimientos? ¿O simplemente ante otra expresión de la indiferencia institucional que permea en las esferas culturales del país? La desaparición de obras de Frida Kahlo no solo representa una pérdida patrimonial, sino también un agravio a la memoria cultural del país.
El robo de obras de Frida Kahlo no puede seguir siendo ignorado. El Estado tiene la obligación de investigar, sancionar y, sobre todo, proteger lo que pertenece a todos los mexicanos. La historia y el arte no pueden quedar a merced de intereses privados ni de negligencias oficiales