Lo que realmente hace falta es un cambio, un golpe de timón en la estrategia de seguridad
Por Félix Muñiz
El asesinato y decapitación de Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo, Guerrero, ha desatado una ola de indignación entre los senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), quienes han calificado el hecho de “barbarie” y han exigido justicia inmediata.
La Secretaria General del PRI Carolina Viggiano, , expresó su profundo lamento por el brutal crimen y subrayó la “terrible” crisis de violencia e inseguridad que afecta al país.
La senadora priista Carolina Viggiano indicó que “le han exigido a la gobernadora de Guerrero Evelin Salgado que aclare este asunto. Ya había sucedido antes con el secretario municipal, y no es la primera vez que pasa. Esto es realmente lamentable y vergonzoso para el país. Lamentamos profundamente lo ocurrido y exigimos justicia”.
El senador panista por el Estado de Querétaro Ricardo Anaya Cortés, también se pronunció con fuerza sobre el tema. En sus declaraciones, Anaya describió la situación de violencia en México como “auténtica barbarie” y se refirió a las estadísticas de criminalidad como “números escalofriantes”. El senador subrayó la gravedad del asesinato de Arcos, afirmando que la decapitación del alcalde debería “estremecer” a toda la nación.
“Esto es absolutamente inaceptable. Necesitamos establecer condiciones para que esto deje de ocurrir. No basta con que el gobierno declare que esto no volverá a suceder. Lo que realmente hace falta es un cambio, un golpe de timón en la estrategia de seguridad”, enfatizó Anaya.
En medio de esta crisis, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, visitó el Senado pero evitó hacer declaraciones sobre el asesinato de Arcos. Su silencio ha generado críticas y preocupaciones sobre la respuesta del gobierno federal ante la creciente violencia en el país.
Por su parte, Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, también lamentó el hecho y abogó por que se realicen las investigaciones necesarias para esclarecer el asesinato del alcalde. Su postura sugiere un reconocimiento de la gravedad del problema, aunque no se han presentado propuestas concretas desde su partido.
La muerte de Alejandro Arcos es un trágico recordatorio de la inseguridad que permea en varias regiones de México, especialmente en el estado de Guerrero, donde la violencia relacionada con el narcotráfico y la delincuencia organizada ha alcanzado niveles alarmantes. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades ha llevado a un clima de impunidad que preocupa a los ciudadanos y a los políticos por igual.
En este contexto, la exigencia de justicia y un cambio en la estrategia de seguridad se ha vuelto un clamor común entre diferentes sectores de la sociedad mexicana. Los senadores han reiterado la necesidad de un enfoque más contundente y efectivo para abordar la crisis de violencia, asegurando que la protección de los funcionarios y ciudadanos debe ser una prioridad del gobierno.
El asesinato de Alejandro Arcos pone en evidencia no solo la vulnerabilidad de los líderes locales, sino también la urgencia de establecer un entorno más seguro en el país. A medida que el debate sobre la seguridad continúa en el Senado, la comunidad espera respuestas y acciones que garanticen la protección de quienes ocupan cargos públicos y, sobre todo, de la población en general. La situación actual exige una respuesta firme y decidida para erradicar la violencia que ha marcado la vida de muchos mexicanos.