Según Juanita Carrillo esta violencia es en respuesta a que las ultimas encuestas la colocan 14 puntos por encima de Aldo Ledezma
Por Félix Muñiz
El clima político en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, se ha visto empañado por actos de violencia e intimidación perpetrados por el actual alcalde con licencia, Aldo Ledezma, y su equipo.
Estas acciones, dirigidas hacia la candidata de Morena a la presidencia municipal, Juanita Carrillo, han generado un ambiente de temor e incertidumbre en la comunidad.
En un acto sin precedentes de abuso de poder, la policía local, aún bajo el control del alcalde saliente, intentó amedrentar a la candidata morenista Juanita Carrillo, reteniéndola y sometiéndola a actos violentos durante más de una hora.
Este lamentable episodio, que tuvo lugar justo en la víspera del inicio de las campañas electorales, no solo revela la desesperación del alcalde por mantenerse en el poder, sino también su disposición a recurrir a tácticas de intimidación para lograr sus objetivos políticos.
Es evidente que el actual gobierno municipal, liderado por el Partido Acción Nacional (PAN), ha adoptado un patrón recurrente de agresión hacia sus opositores políticos, una estrategia que se repitió en las elecciones federales de 2021 y estatales de 2023. Sin embargo, estas tácticas violentas parecen no estar dando los resultados esperados, especialmente considerando que las encuestas recientes muestran una clara ventaja de catorce puntos a favor de la candidata Carrillo.
Ante esta situación, la candidata Juanita Carrillo ha hecho un llamado a sus simpatizantes y a la ciudadanía en general para que no se dejen intimidar por estas prácticas antidemocráticas. Es imperativo que la población ejerza su derecho al voto de manera libre y sin coacción, rechazando cualquier intento de influencia indebida por parte de las autoridades locales.
Es importante destacar que la violencia y las amenazas no son herramientas legítimas en un proceso electoral democrático. El hecho de que el gobierno de Cuautitlán Izcalli recurra a estas prácticas desesperadas demuestra su falta de compromiso con los principios democráticos y su disposición a violar los derechos fundamentales de sus ciudadanos en aras de mantener el poder.
En conclusión, la situación política en Cuautitlán Izcalli se ha vuelto alarmante debido a la escalada de violencia e intimidación por parte del gobierno local.
Es fundamental que las autoridades competentes tomen medidas inmediatas para garantizar la seguridad y la integridad de los ciudadanos, así como para asegurar la transparencia y la equidad en el proceso electoral.