Los hechos, los eventos y los expedientes marcan la peor administración local en Acapulco. Inseguridad, desempleo y una multiplicación de damnificados por el paso del huracán OTIS. Y por si fuera poco la Auditoría del Estado de Guerrero detectó serias irregularidades en la administración de la alcaldesa Abelina López por más de 520 millones de pesos, la extorsión a comerciantes no queda en presionarlos a entregar dinero sino en ocasiones todo queda en el asesinato de las víctimas.
Aún con todo esto, Mario Delgado se empeña en impulsar a Abelina López sin importar que se encuentre en un lodazal de descrédito e incompetencia. Es evidente que en el Puerto se ha debilitado y mucho la confianza en Abelina, en López Obrador y en Morena. Espacios, territorios como Iguala, Taxco, Chilpancingo, Tecpan de Galeana, Ixtapa y el propio Acapulco están a merced del crimen organizado. Grupos, células de extorsionadores y sicarios que lo mínimo de sus actividades es secuestrar con absoluta impunidad las casetas de peaje y las vías federales de comunicación.
Ahí están los Ardillos, los Rojos, los vándalos de Ayotzinapa y muchos más que procuran el retroceso de lo que antes era una Entidad pujante convertida en paraíso y polo de atracción turística mundial. Acapulco fue perdiendo terreno frente a otras sedes como Cancún y lejos de emprender esfuerzos se ha convertido en un pésimo botín político. Solo es suficiente escuchar los pronunciamientos y reclamos de los acapulqueños que hoy pretender sobrevivir a dos tragedias: OTIS y Abelina.
La violencia en Acapulco, la Perla del Pacífico, está desbordada por la disputa que mantienen los grupos criminales. Pero eso no importa para los gobernantes que tendrían que cumplir con el compromiso constitucional, legal y moral de brindar seguridad. Acapulco es y será un dolor de cabeza al cierre del sexenio y puede, estoy cierto, tirar expectativas fuertes para las próximas elecciones. Va para 5 meses desde el huracán OTIS y el gobierno local no tiene la capacidad de retirar la basura en la vía pública y ha afectado la salud de los ciudadanos, pero el botín político es superior a responder a las obligaciones. Brutal deterioro en Acapulco y en lugar de rectificar buscan esa equivocada continuidad que ha demostrado su fracaso y negligencia criminal.