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Del árbol a tu mesa: Donde nace una manzana, nace un homenaje a la madre tierra

Cada manzana Washington es fruto de tradición, innovación y miles de manos expertas; hoy más de 70,800 hectáreas producen variedades como Gala, Granny Smith y Honeycrisp, ¡perfectas para celebrar a mamá con sabor y corazón!

Por Félix Muñiz

 

 

 

En el corazón de nuestro planeta florece una fruta que ha conquistado paladares y simbolizado la vida, la salud y el cuidado: la manzana. No es casualidad que la Tierra sea el único planeta donde esta fruta crece con plenitud. Las condiciones únicas de nuestro mundo —clima templado, suelos fértiles, agua pura y sol generoso— convierten a la manzana en un verdadero homenaje de la naturaleza a la vida.

Este mes, en el marco del Día de las Madres, celebramos no solo a quienes nos dieron la vida, sino también a la gran madre de todas: la Tierra. Y qué mejor forma de rendirle tributo que recordando su papel esencial en el nacimiento de uno de sus frutos más representativos.

La historia moderna de la manzana se entrelaza profundamente con los fértiles valles del estado de Washington, en el noroeste de Estados Unidos. Fue en 1826 cuando los primeros colonos identificaron en esta región las condiciones perfectas para el cultivo del manzano: suelos enriquecidos por cenizas volcánicas, agua fresca del deshielo de las montañas y una exposición solar ideal. Además, el clima árido ayudaba a minimizar plagas, lo que permitía un cultivo más natural y sano.

Movidos por el espíritu pionero, aquellos primeros agricultores desarrollaron sistemas de irrigación que aprovecharon al máximo cada gota de agua y cada centímetro de tierra. No fue sino hasta 1889 cuando se establecieron las primeras huertas comerciales, marcando el inicio de una tradición frutícola que hasta hoy continúa dando frutos —literalmente.

Hoy en día, más de 70,800 hectáreas en el estado de Washington están dedicadas exclusivamente al cultivo de manzanas. Estas huertas, ubicadas entre los 152 y 914 metros sobre el nivel del mar, producen manzanas de una calidad excepcional. Alrededor de 35,000 recolectores participan en la cosecha, muchos de ellos con generaciones de experiencia, cuidando cada árbol con esmero y respeto por la tierra.

“En Washington, cultivamos más que fruta: cultivamos una tradición que honra la calidad, el trabajo humano y el amor por la tierra”, señala Juan Carlos Moreira, representante de la Comisión de Manzanas Washington en México.

Las variedades que allí se producen —Gala, Red Delicious, Granny Smith, Golden Delicious, Honeycrisp, Cripps Pink y Fuji— no solo destacan por su sabor, sino también por su historia. Cada una es testimonio de un esfuerzo colectivo, un legado vivo que combina ciencia, tradición y respeto por la naturaleza.

Este Día de las Madres, celebrar con manzanas no es solo un gesto dulce, sino un símbolo de gratitud. Porque como la Tierra, como una madre, la manzana nos nutre, nos cuida y nos recuerda que la vida es más rica cuando se cultiva con amor.

 

 

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