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Ricardo Monreal convoca a buscar un equilibrio entre la seguridad de la ciudadanía y los derechos de las personas que están privadas de su libertad

Afirma que es peligroso quitar la prisión preventiva, como lo ha deslizado la Suprema Corte

Por Félix Muñiz

 

 

En un movimiento que ha sacudido los cimientos de la justicia en México, el senador de Morena Ricardo Monreal Ávila,  ha levantado la voz en una enérgica advertencia sobre la posible derogación de la prisión preventiva oficiosa.

En su mensaje ante la Comisión Permanente, Ricardo Monreal ha enfatizado la necesidad de equilibrar la seguridad ciudadana con los derechos individuales, citando la famosa frase de Justicia Jackson: “La Constitución no es un pacto suicida”.

La prisión preventiva oficiosa, un punto de controversia candente, se ha convertido en el epicentro de un debate polarizado. Por un lado, defensores argumentan su utilidad en la protección de la seguridad pública al mantener tras las rejas a individuos acusados de delitos graves. Sin embargo, las voces críticas elevan el estandarte de la presunción de inocencia, denunciando una violación flagrante de los derechos fundamentales.

La propuesta de la Suprema Corte de Justicia para declarar inválida e inaplicable la prisión preventiva oficiosa ha desatado un aluvión de preocupación. Temores legítimos han surgido sobre el potencial aumento de la inseguridad y la impunidad si presuntos criminales peligrosos son liberados en masa.

El Coordinador de los senadores de Morena en el Senado, Monreal Ávila, presentó un punto de acuerdo destinado a hallar un equilibrio entre la seguridad ciudadana y los derechos individuales. No obstante, su tono severo y crítico revela la gravedad del momento.

“Es muy delicado”, advierte el legislador zacatecano Monreal, quien conoce de primera mano las consecuencias nefastas de decisiones apresuradas en materia judicial. Su llamado a la revisión del artículo 19 constitucional, pilar de la estabilidad nacional, resuena con urgencia.

La propuesta de Monreal, lejos de ser una mera formalidad, constituye un grito de alarma ante un posible impasse judicial. No se trata simplemente de mantener el statu quo, sino de preservar un equilibrio precario que ha sido producto de un consenso nacional arduamente alcanzado.

En su mensaje, el legislador morenista no solo expone su preocupación, sino que también insta a una acción firme y decidida. La posibilidad de un error catastrófico por parte de la Corte no puede ser ignorada ni subestimada. La estabilidad del país pende de un hilo, y la responsabilidad recae en aquellos que tienen el poder de influir en el rumbo de la justicia.

En conclusión, la advertencia de Monreal resuena como un eco ominoso en los pasillos del poder. La prisión preventiva oficiosa se erige como un bastión frágil entre la seguridad y la libertad individual. La decisión que se tome en los próximos días no solo moldeará el curso de la justicia en México, sino que también definirá el futuro de la nación en su conjunto.

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